martes, 27 de agosto de 2013

Kop kun ka (o gracias en tailandés)



A veces es tan fácil…

  
A veces pasan cosas sencillas, y por ello extraordinarias.

Pasa que la luz es blanca, el aire fresco y el sol calienta suavemente. Que olvidamos los prisas, los miedos, las murallas; y miras a los ojos del que tienes a tu lado y ves todo, y no ves nada, solo luz, blanca luz.

A veces pasa que el tiempo y el lugar carecen de sentido. El tiempo no existe en la quietud, el lugar es tan solo circunstancial; y así, el abismo del espacio infinitesimal entre nosotros se desvanece.

Recordaré estos días cuando la rutina llegue y la crispación se vindique rompiendo la quietud. Recordaré esas manos llenas de calidez, las palabras silentes clamando por fin paz, y esos ojos serenos con fondo de mar. Y lo haré fácil y sencillo, para que aquellos instantes imposibles se repitan y vuelvan nuevos a nosotros, haciéndose también extraordinarios.